martes, 11 de febrero de 2014
No es verdad.
Es tan increíble que el amor se acabe, esa fuerza potente que enreda las almas y alivia las emociones se terminé. Me cuesta trabajo entender cuando una persona dice: he dado todo lo que hay en mí . Porque cómo puedes dar algo que no es tuyo, y cómo puedes arruinar tanto en unas pocas palabras, en unas pocas acciones. Los recuerdos de los besos, de los ojos mirándose tontamente al azar, de las caricias, de las palabras susurradas, de las manos tocando la piel; van destruyendo tu realidad y tus sueños. Lo peor es cuando te sacan de el-amor-para-siempre sin que tu lo quieras.
El amor encuentra su existir mediante muchas vías, ya sean las reales o las (tristes) ilusiones. Nos envuelven sus brazos cálidos y nos introduce en un placer vehemente. Pero...no quiero abrirme paso entre su inmensa selva porque me pierdo, y me estoy perdiendo.
Ni aquí ni allá.
He empezado a buscar dentro de mí los errores y las ausencias que están siempre atacándome. Podría ser que las encontrara en un abrir y cerrar de ojos o que nunca las encuentre, todo depende de lo tan bien que me sepa conducir por aquellos pasillos de laberinto; que pueda elegir las puertas correctas para abrir de las muchísimas que hay.
Me he perdido, lo sé porque ya llevo tiempo sin poder salir entre las innumerables paredes de mi interior. ¿Se puede?... me refiero a que si se puede estar uno tanto tiempo encerrado en sí mismo que pierda la noción de cosas importantes, y la vida avance sin uno, que nos vamos quedando poco a poco en el pasado junto con los fantasmas. Pero también puede pasar lo contrario, que uno avance a su futuro o que se quede en lo que se crea que pueda ser el futuro, entre la niebla de las ilusiones. De cualquier modo uno empieza a no vivir su presente. ¿Quién vive realmente en su presente?
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