miércoles, 29 de octubre de 2014

Pequeña divagación.


Mi mirada observa un madero flotante que lleva encima un nudo hecho por las llamas que danzan a la orilla de una fosa secreta entre las penumbras de un bosque lleno de árboles gigantescos a punto de caerse sobre un camino hecho al avanzar los hombre de ciudades caótica de ruidos fugaces que despiertan antiguos ecos que hablaban de la sabiduría que pertenece a la ciencia que despierta el deseo para responder a los más grandes misterios pertenecientes a los dioses y de su muerte siempre terminando en sueño.  

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lunes, 27 de octubre de 2014

Mirada.


Entre las madrugadas despierta de un sobresalto el mirar de mis ojos, que derrumban las paredes, pulveriza el cemento, corroe el metal de la casa, que vuela a través de los edificios, recorre una distancia que no conozco. Y si se atraviesa un cerro lo mina; un animal o persona o insecto, pasa por sus células (pero no se baña en sangre). Las límites de los horizontes se acercan más y más. Primero comienza desde donde yo estoy y llega hasta ti, que has de estar durmiendo, haciendo tareas o preparando proyectos. No hay taza de café ni aromas nuevos que me hagan dormir. Lo que hay es una ausencia, una incertidumbre, un misterio que pronto desaparecerá. Porque mañana, cuando despierte, después de vencer al insomnio y volver a acostarme, ahí vas a estar tú, en el mundo, a mí lado, soñando.    

domingo, 26 de octubre de 2014

Seguirme.


Hay ciertas cosas que me persiguen a veces en las noches cuando transito tranquilo las calles de por mi casa, bueno, no sólo de mi casa, también en lugares apartados de la gente que conozco; empiezo primero por escuchar mis pasos que emiten un taconeo que hace eco en las paredes y en las ramas de arboles muy grandes; casi después la respiración, el  rápido ensanchamiento y desinfle de los pulmones en mi interior delata mi miedo...pero ¿a quién puede ser?.
 Sombras distinguibles por algún poste de luz amarilla, un un maldito sonido a electricidad que sale de éstos hace más temeroso el camino que me falta recorrer. Y en mi casa es un sonido quieto, más que silencio es un extraño murmullo de la casa. Intento pensar qué puede ser: tuberías adentro de las paredes, agua goteando en un frío metal, el crujir de los muebles y sillas de madera, aparatos siempre conectados; incluso sonidos que no vienen del interior como por ejemplo el golpe que se da a una de las paredes por algún vecino o el lejano y espantoso ruido de sirena de ambulancia.
  Y es hasta el día siguiente que puedo darme cuenta: es tu soledad, amor mío, la que me persigue...