lunes, 16 de febrero de 2015

Extravío.

Negra la noche en que se derraman las lágrimas, pausado tiempo para reflexionar, veo caer las gotas que apenas muestran un reflejo al caer de la barbilla, veo los labios hablar, los veo moverse pero no puedo escucharlos. Los detengo, los acaricio con los dedos, y tiemblan. Un beso con lágrimas, una noche obscura, un par de corazones lúgubres, negros también. Jugamos cerrando los ojos, cerrando el mundo por completo, entre las sábanas, en la piel.
  Y al ponerse la luna en lo más alto del cielo, empiezan a desvanecerse las cosas, nos vamos quedando vacíos, sin recuerdos de malos pasados ni sensaciones de futuros trágicos, sino dos cuerpos que terminan por consumirse en los albores del nuevo día.