lunes, 13 de abril de 2015

Secretos, secretos que no son míos.


Anoche soñé con ella. De nuevo me atrapa el insomnio que se da después de un sueño con ella. Las horas de el reloj más cercano parecen anunciarse a sí mismas como con un gran sonido estruendoso, un algo que se allá en los templos. Una campana mi corazón, una voz que creada por mí me habla igual que un espejismo más, otra ilusión que nada me dice del futuro. Se me cae el cielo, el maldito cielo que viví con ella, mañanas de escuela, tardes de despedidas, noches de soledad, madrugadas de recuerdos. Miro avanzar todo a mí alrededor, soy una roca atascada en el inmenso flujo de agua de un gran río, que es todo esto de vivir. Y el terror de otro día que pasa sin nada que hacer, sin aprovecharlo, de nuevo mí yo cayendo en el profundo lugar del pasado. Reprochándome otra vez antes de dormir del absurdo andar que he estado llevando, mi manera de existir, de durar, soportando el agotamiento de mi lucha, que nunca empieza.