jueves, 26 de junio de 2014
Desde la hora.
Sin embargo estás letras caen del cielo. Pueden descifrarse sólo en el interior de quienes han leído una nube, un cataclismo, un lugar, su infancia. Pero, tratamos, de buscar el significado. Puedo decir que no hay letras, ni símbolos, formas o paisajes definidos en el mundo. Pretender entenderlo todo, volverse frío ante las emociones. Analizamos las posibilidades, damos entrada a la razón, a buscar métodos para seguir los instintos, lo que se nos ha dado como nuestro pero del cual no somos dueños.
Hablar de amor, en vez de hacerlo, estudiar poemas en vez de sentirlos. La música, matemáticas, física y la propia vida nos aburren. ¿Aburrirse de la vida? ¿no acaso hay una sola?. Sin embargo caen estás letras del cielo, caen y se siembran en la tierra. Árbol hecho de pensamiento, y sus hojas caen.
Digo que puedo sentirme vivo, que me siento muerto en vida, también. El encuentro de palabras que marcan ha la humanidad.
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