Dentro en lo lejos.
La busqué en mi mirada, fui colocando en cada lugar una pequeña esperanza de que al cruzar las calles, al dar vuelta en cada esquina y rincón, asomándose por una ventana de cualquier casa; subiendo un puente o incluso dentro de un automóvil o en el transporte público. Tal vez no es necesario, también he estado pensando que es insoportable, en momentos, el estar buscándola. Me veo como un Horacio Oliveira sin la Maga; gracioso es verme andar por cualquier lado imaginándome que ahí estará, donde yo no estoy, su presencia, un cuerpo delgado que va bailando sin movimiento, con una música interna (tantas veces la oí cantar, susurrar mi nombre en acordes de su voz). La recuerdo, pequeña filosofa, gran artista y soñadora. Caigo lentamente en la posesión de los vientos, que alguna vez soplo en nosotros el gran Dios, un aire de vida... quiero cantarle aquella canción que hizo para mí.
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