sábado, 20 de septiembre de 2014

Malestar aceptable.


Deambula el alma en mi interior: debate su existir en un sí o en un no. El planeta gira indiferente, objetivamente de lo que hago, haré o no haré. Nos adaptamos a diario descubiertos al sol y el viento, nos adaptamos al momento, a la circunstancia del transcurso de la rutina y el espesor de la comunidad. Divididos por el aire, la ciudad, las longevas calles. El dinero sale volando con gran libertad de nuestras carteras y bolsillos. Todo se mueve; nosotros por la gran ciudad, desde sus entradas y salidas, hasta por su contorno y corazón. Inexorable tiempo, desalojada naturaleza, flora sobre hollín y fauna de plagas; es lo que veo siempre cuando ando, por este mí corto mundo. La aurora del alma y su multicolor crea una pregunta, que es segura la misma respuesta para muchas mujeres y muchos hombres: ¿es posible volver a tener un equilibrio con la naturaleza y el planeta?. Y cuando más estamos volteando hacia el universo, nos hundimos en la miseria. Pero no hay que rendirse, con esfuerzo, con amor, con respeto y ardua inteligencia; personas están luchando todo la vida por un cambio positivo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario