martes, 15 de abril de 2014
¿Guíame?
Mi deseo es tenerte, saberte presente a mí lado, sin que seas para mí, sin que te entregues a la vehemente pasión, que es fruto rojo-sangre. Cuantas cosas daría para verte y no olvidarme nunca de tu cara, desde el día hasta que las horas hagan la noche una y otra vez hasta morir uno de los dos. Entregaría toda una vida, mis recuerdos de infancia, la oportunidad de volver a soñar, la entregaría, porque la fiesta de tenerte sería el mayor de los sueños. Una realización de lo humano.
Toda oportunidad es un encanto, y me despojaría de mi carne y de mi alma mi ser, para hacer el ritual de la soledad en soledad y en somnoliento desvarío, una vez más. Solamente un vez, pero que esa vez dure en sí misma lo que el amor ha hecho del tiempo: un alboroto de segundos que son minutos que son horas que son una despedida.
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