lunes, 21 de julio de 2014

Un sueño en despedida.


Hoy quiero ser poeta. Dejarme llevar por la brisa de los sueños al igual que lo hace el viento con las hojas o el río llevando peces por su caudal; para poder viajar, para poder mirar o sentirme entre la soledad y los pasos de las personas. Ir por entre las calles para poder deambular en secreto, gato negro reposando en las barda. Ser humo extendiéndose en el vacío de una recámara obscura y secreta, ser esa obscuridad y ser el secreto.
  Hoy quiero despertar dormido, ser el protagonista silencioso de lo historia más normal. Tener en reposo el alma y poder escuchar el correr del tiempo. Sentarme en un falso abismo para contemplar el cielo despejado, con aves que se cruzan a la distancia; y que desaparezcan cualquier clase de muro, porque ya hay tantos que parece imposible ahora no imaginarse la distancia sin el triste adorno.
 Hoy quiero ser todos ellos que te rozan al pasar, para así conocerte muchas veces anónimamente; aquellos otros que te dirigen la palabra, para así poderte escuchar todo el tiempo sin atención. Y entre más personas sea yo, más veces te iras yendo del mundo, más me acercaré al olvido de la vida.
  Hoy quiero meterme en ti, en tus sueños, en la carne fresca, en el aire en tus pulmones, en la electricidad de tu corazón y de las neuronas. Eres un profundo mar en que me sumerjo eterno y consciente.  

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