domingo, 27 de julio de 2014

Correr.


¿Estaremos ahí para decirnos adiós, para acabar con el dolor? Las voces que se encuentran a mi lado mueren y nacen; ¿soy el mismo o es que siempre estoy cambiando? La muerte está en mi interior, pero aún se siente lejos, y lejos estoy buscándome. Debe de ser un cumulo de huesos blancos que exponen su tétrica imagen al sol, o un charco de sangre que nutre el árbol de la vida. Me pregunto si seguiremos en nosotros ¿veremos a la muerte en alegre abandono? vida sin materia, luz encendida en la obscuridad, agua en el agua.
De pensarlo me surge un sentimiento que hace arder al líquido interior, de rojo a viento. 

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